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Inicio >> Valsequillo >> Tenteniguada - Valsequillo (Ruta nº24)
Ruta 19: Picogorra - Tenteniguada

Tenteniguada - Valsequillo

CARACTERIZACIÓN GENERAL. Encajado en la gran cuenca erosiva de la Caldera de Tenteniguada, a unos 800 metros de altitud, y al pie de los grandes roques que aparecen coronando los escarpes de dicha caldera, se ubica el pueblo de Tenteniguada. Su localización en el sector de medianías, le caracteriza por tener veranos que suelen ser calurosos e inviernos suaves y relativamente lluviosos. Su orientación al este hace que el mar de nubes le afecte solamente de forma ocasional. No obstante, las condiciones de humedad son suficientes para que, en época de lluvias, el paisaje se vista de verde. El esplendor de almendros, cirueleros, guinderos y castañeros es la expresión más visible del desarrollo de la agricultura en la zona, en la que predominan la producción de hortalizas y, sobre todo, de frutales.

Además de la riqueza vegetal, Tenteniguada cuenta con el valor patrimonial que le otorgan algunas construcciones significativas, como la iglesia de San Juan(1), que data del año 1916, y muchas viviendas de arquitectura tradicional, cuya bella estampa las hacen merecedoras de la catalogación que ostentan. Por ello, se recomienda pasear por los numerosos rincones y caminos que recorren el núcleo, los cuales guardan el legado de un pueblo rural amante de su folclore y de sus tradiciones. Es interesante visitar las pequeñas tiendas de aceite y vinagre y sus callejones, como el del Cuerno o el del Chorro, donde se encuentran bellos ejemplos de arquitectura tradicional canaria, con casas de piedra y hermosas balconadas.

Atravesando el pueblo, destaca el Barranco de San Miguel, que desemboca en Telde tras su paso por Valsequillo. La fertilidad del valle en el que se encaja este barranco determinó que la población teldense, desde fechas muy tempranas, avanzara por él para asentarse en Tenteniguada y en Valsequillo. La antropización de este espacio data, pues, de muy antiguo.

El empedrado del sendero que circunda el barranco refuerza el valor etnográfico de la zona. Fue acometido por la necesidad de acondicionar el camino, de elevado tránsito y vía de comunicación principal entre estas dos poblaciones, que eran las más importantes del municipio. Antiguamente, bajaban por él las bestias cargadas con cestos de frutas y hortalizas desde El Rincón y Tenteniguada hasta el pueblo de Valsequillo, lugar donde se cargaban viejos camiones que llevaban la mercancía a Las Palmas de Gran Canaria. Los más ancianos del municipio recuerdan cómo sus padres les decían que, en sus tiempos, todo el recorrido desde Tenteniguada hasta la capital grancanaria lo hacían a lomos de burros o caballo y que saliendo desde la madrugada o el alba, no regresaban a sus casas hasta el anochecer.

Además, esta senda era utilizada para trasladar a los difuntos desde las zonas altas del municipio hasta el cementerio que se encontraba en el casco del mismo. Esto fue así hasta que tuvo lugar la construcción de la carretera y del puente de San Miguel en 1933 -que conecta Valsequillo con Tenteniguada-; curiosamente, el primer acto oficial que tuvo lugar en relación con ella, fue el entierro de un vecino de Tenteniguada. Aún así, muchas personas preferían seguir utilizando la vereda, al ser su recorrido más corto, aunque en tiempo de lluvias o de grandes temporales, se optaba por utilizar la carretera.

La construcción del primer molino(2) del municipio en la ladera del Barranco de San Miguel, para aprovechar el agua que en otro tiempo corría por la cuenca, supone otra importante contribución etnográfica al patrimonio de este entorno. La ladera norte del barranco cuenta con otro conjunto histórico de gran belleza en las cercanías al casco de Valsequillo: el cuartel de El Colmenar, construido en 1530 como recinto para la caballería, y que en la actualidad constituye uno de los elementos patrimoniales más importantes del municipio.

El tramo final del recorrido conduce al casco histórico de Valsequillo, siendo obligada la visita en el mismo a la iglesia de San Miguel, construida entre 1903 y 1918 en el lugar que antiguamente ocupaba un cementerio. En ella se encuentran verdaderas joyas artísticas, entre las que destacan la imagen de San Miguel, que se caracteriza por ser el único ángel que tiene a sus pies un perro y por haber sido realizada por el célebre escultor canario Luján Pérez. También, despierta admiración la pila verde, construida en porcelana de Sevilla, con ostentosas águilas talladas y realizadas a fuego, así como la imagen de la Virgen del Rosario, escultura flamenca de principios de la conquista, que constituye otra de las obras de gran relevancia de este templo.

(1) Una nota curiosa sobre la iglesia de Tenteniguada, tal y como se recoge en la obra de SUAREZ MARTEL, J. (1996):Op. Cit.; p.59, tiene que ver con su campana, "adquirida a base de los despojos de una campana rota y de los donativos de los vecinos de Tenteniguada".


(2) Siguiendo a SUAREZ MARTEL (1996): Op. Cit.; p 60, entre otras curiosidades que se recogen en su obra, cabe destacar que este molino pasó en 1824 a manos de don Sebastián Pérez Macías, padre del ilustre escritor don Benito Pérez Galdós.

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Plano del camino

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Perfil del camino

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Descripción del camino

Tramo 1:Tenteniguada - Llanos de Las Casillas

La ruta parte de la calle de La Parada, vía principal del barrio de Tenteniguada. Tomando como partida esta transitada vía y antes de llegar a una zona arbolada por pinos (Pinus canariensis), nos desviamos a la derecha para descender por la calle San Juan, que a pocos metros deja a su paso la iglesia en honor a San Juan Bautista, construida a principios del siglo XX y de claro estilo tradicional canario, con las piedras vivas, vistas al exterior, en fachada, pilastras y base. Pasada esta bajada, nos encontramos con un cruce; continuamos rumbo E en la misma dirección que seguíamos, obviando la desviación a la izquierda. Caminamos por esta vía, encajada en la ladera norte del Barranco de Tenteniguada, entre fincas de frutales salpicadas por grandes eucaliptos que flan- quean la carretera(3), teniendo de frente la Montaña del Helechal.

Nos deleitamos con el palmeral de Tenteniguada que, situado a una altitud en torno a los 700 metros, forma pequeños bosquetes en combinación con especies propias del piso termófilo -acebuches (Olea europaea), eucaliptos (Eucaliptus camaldulensis) y almendros -. Llegamos a un curioso caserío de arquitectura tradicional de bella estampa, con muchas viviendas que se hallan catalogadas en la carta arquitectónica municipal. Al final de la calle, la cual no tiene salida, tomamos por una pista de tierra que se desvía en dirección sureste, para iniciar nuestra bajada por la vertiente norte del Barranco de Tenteniguada, a través de un camino empedrado. Termina aquí el primer tramo del recorrido.

(3) Estos llanos eran cultivados en su práctica totalidad hasta finales del siglo XX. Hoy en día presentan un cierto abandono, olvidando así que en un pasado no muy remoto dio de comer a muchas familias de Tenteniguada que los trabajaban al amparo de la finca de Don Juan del Río, gran terrateniente al cual pertenecía estas tierras y una gran cantidad de pozos y galerías que hay en esta cuenca.

Tramo 2: Llanos de Las Casillas - Valsequillo

Tras abandonar la vía asfaltada, avanzamos sobre firme de empedrado en suave descenso, aproximándonos al cauce del Barranco de Tenteniguada, junto a matorrales de tabaibas (Euphorbia regis-jubae) y pitas (Agave americana), y a ejemplares aislados de eucaliptos y acebuches; también, las cañas (Arundo donax) van indicando la proximidad al lecho del barranco. Vamos sorteando grandes derrubios transportados por la acción fluvial, con relativa dificultad en algunos puntos.

Una vez que llegamos al lecho del barranco, seguimos por el camino vecinal que se recorría en la antigüedad, el cual llegaba a las puertas del propio molino de El Colmenar, el molino de agua más antiguo de Valsequillo, antes de alcanzar el casco. Recorridos 15 metros escasos, ascendemos a la derecha de nuestra marcha por una pista de tierra en dirección al caserío de El Colmenar de Arriba. Seguimos por una carretera de asfalto de, aproximadamente, 600 metros y llegamos a la casa del molino, que dejamos a nuestra izquierda. Cruzamos la carretera, siempre con precaución, para seguir por la vereda que encontramos justo enfrente. Al comienzo de este descenso, observamos la tolva del molino, por la cual bajaba el agua del barranco, haciendo posible su funcionamiento. Dentro del mismo, todavía se conservan muchos de los artilugios utilizados. Descendemos por la ladera y llegamos al cauce del Barranco de San Miguel. Desde esta zona, distan unos 120 metros para que comience un camino que abandona el barranco, ascendiendo en dirección noreste hacia el caserío de El Colmenar.

Antes de que termine la subida, es interesante desviarse a la izquierda para observar el cuartel de El Colmenar, en torno al cual se levantan varias edificaciones vinculadas a la vida castrense, actualmente aprovechadas en su mayoría para el turismo rural. Continuamos el ascenso por el camino que deja a su paso viviendas (algunas casas-cuevas), asociadas a fincas agrícolas de hortalizas y llegamos hasta la carretera que conduce a Tenteniguada. Antes de cruzarla, merece la pena pararnos a observar las vistas del Barranco de San Miguel y del caserío que acaba de quedar atrás. Extremando la precaución, atravesamos la vía para continuar por la calle peatonal que aparece de frente.

Seguimos por la calle Antonio Macías, adentrándonos en el núcleo del pueblo, donde se encuentran la plaza y la iglesia de San Miguel, rodeadas por pintorescas viviendas de estilo neoclásico y tradicional, así como por bares y cafeterías donde podemos tomar un refrigerio. Aquí finaliza el recorrido, aunque se recomienda no abandonar el lugar sin dar un paseo por las calles del pueblo. Es interesante bordear la iglesia, subiendo por la calle León y Castillo, para contemplar la fachada del Ayuntamiento, con su bonita balconada de estilo canario, así como las primeras viviendas que constituyeron el núcleo original de Valsequillo. Al final de la calle peatonal, se encuentra un pequeño mirador desde el que se puede disfrutar de una amplia panorámica del Barranco de San Miguel, la Caldera de Tenteniguada y El Rincón, lugares por los que ha discurrido el itinerario.

Información adicional de la ruta

Cuevas del Salviar

El Barranco de San Miguel, principal desagüe de la Caldera de Tenteniguada, se ubica en el tramo medio de la cuenca de Telde. Se ha labrado incidiendo sobre antiguas coladas intracayon. En la actualidad, esta colada seccionada por la nueva red de drenaje, conforma terrazas lávicas que han sido explotadas económicamente como superficie agrícola. Aprovechando éstas, se instalaron en el pasado los cultivos de autoconsumo (las condiciones óptimas que se daban en el lugar y el transporte continuo de agua que bajaba desde la cumbre, fueron las causas de este aprovechamiento), tales como papas, hortalizas, frutales, etc. que, en otro tiempo, fueron la principal fuente de alimento de la población local. Actualmente, se ha ido perdiendo la esencia de los cultivos de autoconsumo en aras de la agricultura de exportación, representada por las fresas y las flores.

El alto valor paisajístico y florístico ha propiciado el reconocimiento del Barranco de San Miguel como un espacio protegido, en donde el caminante durante todo el recorrido puede deleitarse con la diversidad de su paisaje. El valor histórico también es considerable; un claro ejemplo se cuenta en la crónica de la conquista "…al llegar los conquistadores mantuvieron una cruenta batalla con el caudillo Tecén, que defendía las inmediaciones del Almogarén de El Helechal. Desde entonces el lugar recibe el nombre de la Sepultura o Sepultura del Colmenar…". Fue a fines del siglo XVII, cuando se estableció aquí, el Caserío del Colmenar -cuartel de caballerizas-, que se localiza sobre una terraza sedimentaria; además, comprende asentamientos prehispánicos con más de cuatro siglos de antigüedad y numerosos molinos de gofio en desuso, que en la actualidad son un claro vestigio de la permanente presencia de agua que hubo en el cauce del barranco.

Caldera de Los Marteles

Las principales fiestas del municipio de Valsequillo se celebran en honor de su santo patrón, San Miguel Arcángel. La más popular es la Suelta del Perro Maldito, una tradición en la que, en épocas pasadas, según cuentan los cronistas, las mujeres y los niños se quedaban en casa, porque el diablo en forma de perro se soltaba de las cadenas del Arcángel San Miguel, y junto con las brujas y los diablos tenía lugar una lucha entre la libertad y la represión, los miedos y las orgías. Pero son frases como "…no te arrimes a los barrancos porque el diablo anda suelto…" o "…la noche de San Miguel a tu ventana toqué, no te abro, está suelto el perro de San Miguel", las más conocidas, al estar en boca de las mujeres esa noche, mientras los hombres salían a la caza de las brujas; los lugares de referencia para su búsqueda eran los bares y las parrandas callejeras.

Desde hace veinte años, un grupo de jóvenes del municipio, con entusiasmo y tesón, han recuperado la tradición de esta celebración en forma de espectáculo en la calle. Gracias a ellos, cada noche del veintiocho de septiembre se convierte en mágica, cuando se apagan las luces y da comienzo un gran estallido de color con fuegos artificiales, música, acrobacias, efectos especiales, etc.

La Suelta del Perro Maldito significa un trabajo de meses que comienza con la redacción de la temática de la Suelta, que cada año varía, por lo que no es un acto improvisado. El objetivo principal de esta fiesta es el de mantener la tradición, la participación de los vecinos y el disfrute de todos aquellos que se acerquen esa noche al municipio.

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