El Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana y Ecoembes clausuraron este miércoles la campaña de sensibilización ‘Aquí se ama la tierra, aquí se recicla’, promovida como prueba piloto entre los bares, cafeterías y restaurantes del Centro Comercial Anexo de Playa del Inglés, para potenciar la correcta separación de los envases destinados a los contenedores amarillos.
El proyecto desarrollado por el Ayuntamiento, financiado por Ecoembes y dinamizado por voluntarios de la Asociación medioambiental Canarias Sostenible y Verde, enfocada a la correcta gestión de los residuos en el Archipiélago, se llevó a cabo con la exitosa participación de 15 establecimientos durante dos meses, desde principios de noviembre hasta el pasado 21 de diciembre.
Para potenciar dicha campaña se sortearon dos iPad entre los gerentes y trabajadores de los establecimientos participantes, entregados hoy al responsable del Big-Burguer y a una empleada de Shorty’s-Beach Club por el edil Fernando González Montoro, del área municipal de Servicios Municipales, Ordenación del Territorio y Políticas Ambientales, y la concejala Saida Valido Suárez, responsable de la recogida de residuos en este municipio.
“Este proyecto de prueba desarrollado específicamente con bares, cafeterías y restaurantes forma parte de las campañas de sensibilización que el Ayuntamiento y Ecoembes realizamos periódicamente para que nuestra población tome conciencia sobre la importancia y beneficios medioambientales que tiene hacer una correcta separación de los residuos. Como se señala en la campaña, todos tenemos que asegurarnos de depositar cada envase o residuo en su correspondiente contenedor, porque si se hace incorrectamente y se mezclan se echa a perder el esfuerzo de todos y se interrumpe el proceso del reciclado”, señaló Fernando González Montoro.
La costumbre
Antes de que se realizara esta campaña, también desarrollada como test de prueba en Arona (Tenerife), se detectó que los establecimientos de servicio de restauración sólo estaban acostumbrados a separar en sus respectivos contenedores los envases de vidrio y el aceite usado, pero no los envases plásticos, metálicos o de tipo brik, propios del contenedor amarillo, que eran vertidos sin distinción junto al resto de la basura orgánica.
Durante la campaña, entablada directamente con los dueños, encargados y empleados de los establecimientos, se les ofreció información didáctica y detallada sobre los envases de depósito en el contenedor amarillo. También se le proporcionó a cada establecimiento un minicontenedor de cocina y bolsas especiales de vertido para el traslado de los envases hasta el contenedor amarillo general y poder medir el impacto de la prueba. No obstante, el éxito de la campaña hizo que los locales demandaran otro minicontenedor más para sus zonas de bares.
Al final, en las seis jornadas de recogida selectiva que se llevaron a cabo en los dos meses de prueba se lograron reunir unos 1.400 kilos, detectándose que los locales colaboradores juntaban una media de 2 a 4 bolsas amarillas diarias. La campaña surtió tanto efecto que los establecimientos cooperantes aún siguen reciclando y manteniendo prácticamente el mismo volumen de recogida.