Valsequillo de Gran Canaria

LA DEVOCIÓN Y LA TRADICIÓN INUNDAN LAS CALLES DE VALSEQUILLO

Una multitudinaria Eucaristía Solemne y la posterior procesión de San Miguel Arcángel por las calles del casco histórico refrendó este 28 de septiembre el fuerte peso de las tradiciones en el municipio.

En una mañana soleada muchos vecinos y visitantes se acercaron desde primera hora de la mañana al recinto ferial para ver al ganado local y selecto que había llegado al municipio para la Feria.

La parroquia de San Miguel, a rebosar de fieles, celebró la eucaristía en honor al Santo Patrón. Un año más, los costaleros de San Miguel fueron las alas y los pies del patrón al que sacaron hasta las escalinatas de la plaza para presidir el desfile de ganado. La corporación municipal, autoridades del Gobierno de Canarias y del Cabildo Insular, así como, representantes institucionales de otros municipios junto al rector Don Manuel Reyes Brito, presidieron el desfile de ganado. Y es que, este domingo, en la localidad ha desfilado el ganado bovino, caprino y ovino que ha sido seleccionado en las ferias ganaderas celebradas en la isla con anterioridad como la de San Antonio, El Pino o San Mateo, entre otras, junto al ganado local.

Desde hace casi veinte años, en este acto no se realiza una valoración de los animales ya que se han clasificado con anterioridad y todos reciben una gratificación económica. De hecho, se ha repartido en torno a 14.000 euros, y un lote de pienso donado Forrajera Canaria.

Una mañana para disfrutar en familia y para la exaltación del mundo rural encarnado en la ganadería, una jornada que invitaba a reencontrarse con parte de las tradiciones más arraigadas, base y sustento de muchas familias que sostienen el sector agrícola y ganadero de Valsequillo y, por ende de Gran Canaria. En este sentido, los primeros en desfilar han sido los ganaderos locales y es que, desde hace años, la institución apuesta por la participación de los ganaderos y ganaderas del municipio, con los que trabaja a lo largo del año.

A continuación, a ritmo de dos bandas  la procesión recorrió las calles del casco con numerosos vecinos y vecinas agolpados en las calles y balcones sintiendo la emoción de este día grande, cargado de tradición y recuerdos. Una año más, folías y aires de lima, le fueron cantadas a San Miguel hasta que su imagen regresó al Santuario donde sonaron los voladores. Una festividad que es orgullo para los valsequilleros y valsequilleras y motivo para el encuentro de las familias y amigos.

 

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