La falta de de civismo de los que incumplen esta ordenanza provoca mucho malestar entre los vecinos, quienes han puesto el asunto en conocimiento del Consistorio.
Según especifica la ordenanza, las personas que lleven los perros y otros animales tienen que impedir que depositen sus defecaciones en las aceras, calzadas, paseos, jardines y en general en cualquier lugar dedicado al tránsito de peatones. En todo caso, las personas que lleven un animal están obligadas a recoger y retirar los excrementos.
A partir de la publicación de este Bando, la policía va actuar aplicando la ordenanza con las infracciones y sanciones establecidas. Las leves estarán sancionadas con multas que van desde los 30 euros hasta los 150 euros y las graves se impondrán a aquellas personas reincidentes y alcanzarán hasta los 1.500 euros.
El Bando se ha hecho llegar a todos los edificios públicos del municipio en los que hay concurrencia de personas, a los colegios e institutos, a los centros de salud, a las asociaciones, etc., con el fin de que tenga una amplia difusión y se consiga lograr el objetivo: que las calles y aceras del municipio estén libres de excrementos de animales.
Las reiteradas quejas vecinales ha motivado la redacción de este Bando por parte del Alcalde, Jose Armengol. De lo que se trata es de garantizar una convivencia cívica entre los dueños de perros y el resto de los ciudadanos.