Mancomunidad de Municipios de las Medianías de Gran Canaria Guía de Senderos de las Medianías de Gran Canaria Guía de Senderos de las Medianías de Gran Canaria Versión española English version Deutsche Version
  • Introducción general
  • Villa de Santa Brígida
  • Valsequillo
  • Vega de San Mateo
  • Tejeda
  • Créditos
Inicio >> Villa de Santa Brígida >> El Tejar (Ruta nº33)
Ruta 33: El Tejar

El Tejar

CARACTERIZACIÓN GENERAL. Se trata ésta de una ruta de corto recorrido, concretamente de unos dos kilómetros, sumando la ida y la vuelta. Es, en realidad, por su valor natural, arqueológico e interés paisajístico, una propuesta interesante para aquellos trabajos relacionados con la educación ambiental.

Todo el recorrido trascurre dentro del municipio de la Villa de Santa Brígida, concretamente en una de las elevadas paredes que bordean la gran cuenca del Guiniguada.

Si algo caracteriza a este paisaje es el sello de su larga tradición agraria, especialmente cimentada en la agricultura. No en vano, en todo el trayecto son visibles las múltiples terrazas dedicadas a˙n al cultivo, especialmente a las hortalizas y papas. Las parcelas presentan tamaños diversos, localizándose tanto en el fondo del valle como en los márgenes de las laderas, formando, en este caso, terrazas. Las viviendas se aglutinan en los lugares menos favorables para el aprovechamiento agrícola.

Son numerosos los pozos existentes en este barrio de La Angostura, aunque en la actualidad algunos ya estén cerrados. Hay que tener en cuenta que este gran barranco fue citado como río por los primeros conquistadores, maravillados al ver el extraordinario caudal que por Èl bajaba. Fue Leonardo Torriani, ingeniero italiano, enviado por el rey Felipe II para analizar y mejorar las fortificaciones de las islas, quien aportó con su obra "Descripción e historia del reino de las Islas Canarias" (1588), copiosa información de enorme valor. Torriani señalaba, por ejemplo, la abundancia de agua en el Guiniguada al apuntar que "...había bosques de palmas y lugar ameno de aguas...".

La vegetación potencial de este ámbito es la termófila, aunque la rambla fue siempre dominio del palmeral. En las laderas, las especies propias de este ecosistema formarían densos bosques, en especial de acebuches, lentiscos y almácigos. Actualmente, y tras siglos de asentamiento de la población en esta zona, se advierte un cambio radical en el paisaje vegetal, fuertemente antropizado; sin embargo, podemos ser testigos de la clara recuperación de algunas zonas, por ejemplo, por donde transcurre nuestra ruta, que muestra ya pequeños bosquetes de acebuches y lentiscos. Pinares como el que veremos al iniciar nuestra marcha, son el resultado de plantaciones efectuadas en la década de los cincuenta del pasado siglo.

En cuanto a la arquitectura popular, se divisan desde este lugar algunas viviendas representativas de la arquitectura tradicional canaria, tanto de sencilla factura como de mayor complejidad. La arqueología está presente en esta ruta, en concreto con el yacimiento de El Tejar, aunque son múltiples los vestigios del pasado prehispánico en la zona, representados por otros enclaves de interés como el conjunto de cuevas de La Angostura, la Cueva de Los Frailes, El Maipez, Los Silos o Las Huesas. El yacimiento arqueológico de El Tejar fue descubierto en el año 1987, cuando se realizaban tareas de desmonte en un bancal agrícola. Trabajos posteriores sacaron a la luz gran cantidad de material arqueológico, destacando especialmente la aparición de varias pintaderas y de los restos de dos ídolos antropomorfos.

Descargar la ruta en Google Earth

Plano del camino

(Pulse sobre el plano para ampliar) Plano del camino

Perfil del camino

(Pulse sobre el plano para ampliar) Perfil del camino
Descripción del camino

Nuestra ruta comienza en el barrio de La Angostura, más concretamente en la zona conocida como El Tejar. Al llegar a este barrio debemos aparcar en su vía principal para, posteriormente, buscar una calle que sube hacia el colegio público de La Angostura, señalizado por un cartel indicativo. Ascendemos a pie por una pista hormigonada, para antes de girar a la izquierda de nuestra marcha dejar esta vÌa y seguir por un sendero. Aconsejamos, no obstante, continuar por esta pista unos cincuenta metros m·s hasta llegar al yacimiento arqueológico anteriormente mencionado en la caracterización general, El Tejar, pues además de poderlo ver en su estado actual, tras los trabajos efectuados por los arqueólogos, este lugar aporta información de gran interés.

Volviendo al inicio del camino, que comienza, como ya apuntamos, junto a una curva de la mentada pista hormigonada y a una vivienda con cancela metálica, comenzamos a caminar por una senda en perfectas condiciones, pasando a la izquierda de una casa con frutales, bordeado el camino a la izquierda de nuestra marcha por un muro de piedra seca y de muy bella factura en donde algunos veroles crecen meteorizando la roca.

Llaneando con el Barranco Guiniguada al fondo, a nuestra derecha, nos vamos introduciendo en un cada vez más tupido bosquecillo que se extiende a nuestros flancos. La vegetación termófila se caracteriza por la presencia destacada de acebuches, lentiscos, palmeras, veroles, tajinastes, cornicales y otras especies introducidas pero muy extendidas, como la tunera.

El sendero adquiere aspecto de cauce de pequeño barranco, presentando un firme algo pedregoso, caminado ahora bajo un dosel de ramas. A medida que pasamos este tramo, vamos ascendiendo progresivamente. Una breve parada nos permitir· observar, hacia el sur, el casco de la Villa de Santa Brígida. Seguimos subiendo, ahora pisando sobre un espléndido empedrado que bordea muros de piedra de no menor interés. Algo más arriba encontramos una tubería que debemos seguir, obviando una desviación que gira a la derecha -las vistas son cada vez más espectaculares, divisándose desde la cumbre de Gran Canaria hasta Tafira, y las especies arbóreas termófilas abundan cada vez más-.

Una vez arriba, observamos una bifurcación de caminos; debemos tomar el de la derecha, que asciende hacia un lomo, pasando primeramente junto a un estanque vallado y, posteriormente, entre lentiscos y acebuches que han ido colonizando todo este espacio, hasta llegar a una cruz de madera, lugar desde donde podemos disfrutar de una magnífica panorámica.

Asomados al borde de este lomo, en realidad estamos sobre la abrupta pared que cierra por el noroeste la gran cuenca del Guiniguada. Tenemos una visión completa de una extensa franja que va desde el SO al NE de la isla. Justo por debajo se extiende el amplio lecho del barranco, con extensas superficies de cultivos y donde se asientan algunos pequeños núcleos de población; al sureste destaca el Pico de Bandama y al este otro volcán, la Caldereta del Lentiscal.

Para volver, podemos hacerlo por el mismo camino o bajar en dirección norte hasta una casa aislada. Partiendo desde ésta, se inicia la nueva senda de vuelta, justo frente a donde finaliza la carretera asfaltada que llega a la vivienda. El sendero, ancho y con firme de tierra, transcurre en llano, atravesando nuevamente vegetación de termófilo. Al pasar una valla metálica volvemos a encontrarnos en la última bifurcación de caminos que antes dejamos para ascender hasta el lomo. Desde aquí, simplemente descendemos por el mismo lugar hasta llegar a nuestro punto de partida.

Información adicional de la ruta

La casa de la saga Massieu

El municipio de Santa Brígida sigue siendo hoy en día una combinación entre el pasado agrícola y el presente residencial que conserva un variado y rico patrimonio arquitectónico, que atesora y domina parte de su territorio. Este es el caso de la casa de la saga Massieu, antigua casa tradicional solariega, vinculada a las tierras de cultivo de la zona de El Tejar. Se trata de una vivienda tradicional canaria, de color ocre y rodeada de dos grandes araucarias y terrenos de cultivo. Consta de dos plantas y tejado a dos aguas y, todo ello, bajo un patio canario con unos vistosos corredores y porches. En el interior, todavía se conservan muebles de madera noble, pinturas familiares y una antigua cocina de leña.

D. Juan Massieu, alcalde Santa Brígida entre 1927 y 1931, fue el último miembro de esta familia en habitar la vivienda, la cual estaba rodeada de una finca en la que se cultivaban papas, coles, calabazas y otras hortalizas y que, en la actualidad, aún se mantiene en explotación.


(FUENTE: SOCORRO SANTANA, P. (2001): Arquitectura del ayer en HANSEN MACHÕN, A. : Geografía de Sta. Brígida. Ilmo Ayuntamiento de Santa Brígida).

Yacimiento arqueológico de El Tejar

Conjunto arqueológico interesante por su nivel de conservación y por la potencialidad de su uso para el conocimiento de la población aborigen. Se puede dividir en dos partes: un primer conjunto formado por la estructura encontrada en 1997 y la fábrica que se adosa a ella, y una segunda construcción ubicada en el interior del bancal que enmarca la zona de actuación en la parte superior. Esta construcción es un muro de piedra seca de unos dos metros de longitud, casi con total seguridad de filiación prehispánica.

El segundo conjunto está configurado por una estructura de piedra seca completamente circular, a la que se adosa otra construcción que se asemeja bastante a una estructura habitacional, con alcobas laterales. Esta posible casa, actualmente en estudio, parece corresponderse con un ambiente doméstico, si atendemos a la variabilidad, densidad y tipología de la edificación. Aunque morfológicamente parece un hábitat, la densidad de ocupación de este espacio permite relacionarlo con el uso de la estructura circular.

En cuanto a la estructura redonda de piedra seca existente, ésta tiene unos cinco metros de diámetro, aproximadamente. Su construcción es bastante irregular. De igual forma, la calidad de la construcción no es demasiado elevada al no existir, aparentemente, la búsqueda de una regularización de las hiladas.

Para la creación de esta estructura se tuvo que cortar el terreno de la antigua ladera existente, de forma que el muro en su parte norte se apoya directamente sobre picón o en combinación con un relleno de cascajo. Esta edificación estuvo en sus orígenes bajo tierra, como demuestra la construcción de los muros, que no se mantendrían en pie sin el apoyo del corte de la ladera.

Otra de sus singularidades es la aparición de cuatro grandes piedras trabajadas y de unos setenta centímetros de altura, dos de ellas in situ, en posición vertical. Estas piedras han sido conocidas como "betilos" en la literatura arqueológica insular (1).

(1) - ∑ Informe realizado por Mendoza Medina, F., Moreno Benítez, M. y Súarez Medina, I. para Patrimonio del Cabildo Insular de Gran Canaria.

© 2010 Mancomunidad de Municipios de las Medianías de Gran Canaria

Aviso Legal | Créditos