“Muchos cristianos nos hemos acomodado al sofá y al mando a distancia, y no queremos compromisos. Ojalá recapacitemos y nos planteemos cómo es nuestra vida y cuál es el testimonio de nuestra vida, porque la gran crisis que estamos viviendo a nivel mundial no tiene un origen económico, sino de falta de valores, de fe y de compromiso social”, afirmó el párroco de El Tablero, Gregorio Mateos Borrego, durante la misa-procesión celebrada este domingo noche con los vecinos del barrio de El Salobre en honor de la mártir Santa Margarita.
“Hoy día necesitamos cristianos y creyentes que den la vida como Santa Margarita, que no tengan miedo a la muerte ni a ser perseguidos; que actúen de testigos y profetas que hagan el camino trazado por Dios trabajando para proyectos de justicia social, como el Obispo catalán Pedro Casaldáliga y sus sacerdotes asesinados en América del Sur por su defensa de la Teología de la Liberación y del pueblo”, dijo el cura en su homilía. “Como le pasó al norteamericano Rockefeller, esa teología que libera debe ser la bomba que más teman los secretarios de estado”, insistió.
“Ojalá la enfermedad de nuestro mundo fuera contagiar el Evangelio. Cuanto cambiaría el mundo y esta sociedad, y cuanto cambiaría la Iglesia. La crisis de valores que se ha juntado con la crisis de fe y de compromiso nos ha hundido en esta gran crisis económica mundial”, recalcó.
Durante la celebración religiosa el párroco local recordó a los difuntos del barrio Juana Miranda Suárez, Carmelita Dámaso Bolaños, Carmelo Sánchez Santana, Juan Álvarez Miranda, Francisca Rodríguez Santana, Carmelo Fleitas Falcón, Sandro Suárez Méndez y Francisco Suárez Rivero, fallecidos a lo largo del año.
Tras la misa, en la que participaron algo más de un centenar de vecinos y entre ellos el alcalde Marco Aurelio Pérez y varios concejales del gobierno municipal, los feligreses sacaron en procesión a la imagen patronal de sus fiestas, en un recorrido de ida y vuelta por la angosta calle principal, que tiene el nombre de Archipiélago Canario.
Durante la bajada, el trono de la santa se viró mirando hacia El Faro y El Tablero en señal de cortesía, y fue saludada con una larga traca de petardos y voladores encendidos a distancia. A la vuelta, y ya delante de la sede de la asociación vecinal, la imagen de la santa recibió una pequeña y discreta ofrenda floral de fuegos artificiales, y también una despedida musical a cargo de la banda de cornetas y tambores de La Orilla de Sardina, que la acompañó durante los 900 metros de procesión con el joven corneta de 5 años Gabriel Amayo Benítez a su cabeza.
Tras la misa-procesión, los vecinos de El Salobre despidieron sus sencillas fiestas anuales con un asadero de chuletas en la sede de la asociación vecinal.