Villa de Santa Brigida

EL BOLETÍN OFICIAL DE CANARIAS PUBLICÓ EL VIERNES EL BIC DEL CASCO HISTÓRICO

  • El Ayuntamiento continuará impulsando acciones de embellecimiento y conservación en la zona

El pasado viernes 21 de enero, el Boletín Oficial de Canarias, publicó la declaración de Bien de Interés Cultural, con la categoría de Conjunto Histórico, al Casco Histórico de Santa Brígida. El alcalde manifestó que desde el Ayuntamiento se han llevado a cabo muchas acciones en el Casco y se han realizado innumerables gestiones hasta conseguir esta declaración. “Agradezco al resto de las administraciones la implicación que han mostrado con un proyecto del que todos los satauteños debemos sentirnos muy orgullosos”, añadió Lucas Bravo de Laguna.

El concejal de Patrimonio, Antonio Ramírez, dijo que desde el Ayuntamiento se van a continuar impulsando acciones de embellecimiento y conservación de la zona y señaló que el Consejo Municipal de Patrimonio Histórico de Santa Brígida, creado en este mandato, continúa trabajando para potenciar el patrimonio de la Villa. En este sentido recordó que El Horno de Ladrillo y Tejas del Madroñal cuenta ya con la protección del Cabildo, un paso importante para conseguir que sea declarado Bien de Interés Cultural (BIC) y que goce de la máxima protección que permite esta catalogación.

Descripción del Casco Histórico de Santa Brígida

Situado junto al borde del Barranco del mismo nombre, el casco de Santa Brígida, localizado en torno a una de las tres vegas agrícolas más importantes de la isla, la Vega de Abajo, cuyo potencial sirvió de reclamo para la instalación de los primeros vecinos de la Vega. Su proximidad a la capital de la isla y el carácter templado de su clima, la convirtieron en un asentamiento en permanente expansión, cuyo casco histórico se ha convertido en el testimonio material de la evolución del municipio.

El entorno del casco histórico, está definido por el asentamiento matriz del pueblo, que tiene en la parroquia y, en la carretera general C-811 los ejes que marcan las distintas etapas del desarrollo de la historia y de la arquitectura local. En el entorno de la iglesia, las calles que concentran la mayor parte de los edificios históricos son las de General Franco, la calle Castellar, la calle Muro, la calle Historiador Morales, la calle de En Medio, la calle del Calvario, la calle Fermín Monzón, la calle Tenderete y la calle Calvo Sotelo.

El asentamiento que da pie al casco de la Villa, tiene su matriz en el siglo XVI, donde se erigen dos santuarios, que en 1583 dan paso a la Parroquia, que se segrega del Sagrario, situado en la ciudad de Las Palmas. Un siglo más tarde, en 1697, la iglesia se reforma y amplía. Esta iglesia sufrió un fuerte incendio en 1897, del que sólo se salvó la torre, por lo que el templo actual se construyó en las primeras décadas del siglo XX. El edificio quedó constituido por tres naves, con bóvedas de medio cañón, presididas por la torre campanario.

Esta plaza está conectada a la calle principal que funcionó como eje del conjunto, que enlaza la entrada al casco con la Iglesia. Esta calle que se conoció como calle Real, debido a que en esta vía se concentraba la mayor parte de la actividad comercial del pueblo, y donde se encuentra un buen número de edificios nobles, realizados en cantería. La calle Castelar, también dentro del casco, ha conservado el antiguo empedrado de 1912 que le imprime un notable carácter histórico.

El edificio antiguo del Ayuntamiento de la Villa, es otro de los edificios señeros del casco, que tiene su origen en 1879, sufriendo a lo largo del siglo XX distintas reformas, a medida que la necesidad del ente público lo iba demandando. La ampliación más importante se llevó a cabo en 1960, resultando un edificio de arquitectura noble con fachada en cantería, patio interior con corredor de madera.

Otro de los rincones emblemáticos del casco es el Calvario que da nombre a la calle donde se encuentra, y, desde donde partía el antiguo camino real que unía el pueblo con el pago de Las Meleguinas. El Calvario es una construcción en cantería con tres cruces jalonando tres picos en forma de triángulo, en cuyo centro se encuentra una hornacina donde se resguarda una imagen de la Pasión de Jesucristo. Este Calvario marcaba el límite del casco. Existe un segundo calvario, situado en la Vuelta del Castaño, en la margen izquierda de la salida del pueblo, en dirección a San Mateo y que sirvió de resguardo a una imagen de la Virgen del Carmen. Su situación y forma original han sido modificados por la ampliación de la carretera C-811, y por el uso del solar donde estaba localizado.

En pleno casco y en la zona de tránsito junto a la carretera general C-811, se encuentra la zona de La Alcantarilla, eje de intercambio y encuentro de los vecinos y curiosos que se situaban junto a la vía que conduce a San Mateo. En este entorno se sitúan varios de los edificios más emblemáticos del casco histórico, entre los que destaca el Real Casino de Santa Brígida, abierto en la fecha de 1926. Construido en dos plantas con ventanales y balcón de hierro y que conforma una de las unidades más características del casco, debido a la alineación de los edificios colindantes de corte neoclásico y aspecto señorial. El Casino cuenta con un gran patio interior que sirve de distribuidor de los distintos espacios que contiene el edificio, entre los que sobresale la sala de baile. El Casino se convirtió en punto de encuentro de la burguesía local y de los vecinos.

Junto al Casino, se encuentra otro de los inmuebles más representativos del casco, la conocida como Fonda Melián, una antigua casa de postas, casi gemela del Casino. Esta Casa sirvió de descanso para los viajeros que hacían la ruta del centro, camino a las medianías altas y cumbres de la isla, o de quienes venían de esta zona con destino a la capital.

El tercer edificio destacado del entorno de La Alcantarilla, es el de la Heredad de Aguas, obra del arquitecto Fernando Navarro Navarro. El inmueble de estilo postneoclásico, y construido en 1913, donde estaban situadas las antiguas cantoneras o alcantarillas del reparto de agua. Uno de los elementos más reconocidos por los vecinos, es el reloj, que corona la fachada del inmueble y que servía para marcar los turnos de riego de los agricultores de la Villa. La Heredad de Satautejo y La Higuera, propietarias del edificio son de las más antiguas de la isla, ya que su fundación se remonta a las primeras décadas del siglo XVI (1511). La importancia de la Heredad en la economía de la Villa, se extendió a lo largo de cinco siglos hasta la actualidad, en el que se acometieron importantes obras de patrimonio hidráulico del municipio, además de otras obras de interés social a la que la Heredad podía hacer frente. El edificio de dos plantas conserva en la primera, las cantoneras de distribución que dan un sonido característico al entorno. En la segunda planta se sitúan las dependencias y oficinas de gestión de la Heredad.

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