Los ayuntamientos de San Bartolomé de Tirajana y Arucas han sellado la primera colaboración cultural de su historia a través de un novedoso e interesante intercambio programático de sus respectivas escuelas municipales de Teatro.
El intercambio se produjo este fin de semana. El Aula de Teatro de las Escuelas Artística de Arucas representó el viernes en el Centro Cultural El Tablero la obra ‘Y llovió en Los Arbejales’, dirigida por Rafael Rodríguez; mientras que el alumnado de teatro de la Escuela Municipal de Teatro de San Bartolomé de Tirajana, dirigida por Sergio Gil, representó la obra de Alfonso Zurro ‘La caja de música’ en el Nuevo Teatro Viejo de Arucas.
Este primer intercambio cultural ha sido organizado por las concejalías de Cultura de los dos ayuntamientos, y ha contado con un gran respaldo por parte del público. También ha sido una experiencia de colaboración muy enriquecedora y valorada con mucho entusiasmo por los alumnos de ambas escuelas por las numerosas posibilidades que abre para la muestra de sus trabajos en otros municipios de la Isla y del Archipiélago.
‘Y llovió en Los Arbejales’ es una tragicomedia costumbrista en tres actos, donde el cronista oficial e Hijo Predilecto de Agüimes Orlando Hernández Martín (Agüimes, 18 de marzo de 1936 - Las Palmas de Gran Canaria, 2 de mayo de 1997) ahonda en la sátira social mostrando de forma crítica la marginación femenina, el caciquismo, la emigración, la miseria y la sequía. Se estreno en 1965 en el Teatro Pérez Galdós de Las palmas dirigida por Domingo Velázquez, y en 1968 sus 69 páginas fueron editadas por la Caja Insular de Ahorros de Gran Canaria.
‘La caja de música’ que está representando el aula de Adultos de la Escuela Municipal de Teatro de San Bartolomé de Tirajana también es un espectáculo sobre el absurdo, con el tinte surrealista que caracteriza a ‘El Principito’, del escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944), y ‘Alicia en el país de las maravillas”, del matemático, fotógrafo y diácono anglicano, Charles Lutwidge Dodgson, más conocido por su seudónimo Lewis Carroll (1832-1898).
La representación de esta obra pedagógica del famoso autor, director y profesor de Dirección Escénica Alfonso Zurro (Salamanca, 1953) la está asumiendo el alumnado de teatro de Maspalomas para conmemorar los 20 años de actividad de la Escuela, por donde ya han desfilado cerca de 600 alumnos.
Este viernes, 10 de junio, a las 20.30 obras, la obra se repondrá en el teatro del Centro Cultural Maspalomas, a modo de clausura del curso 2015-2016 de la Escuela Municipal de Teatro.
Espectáculo emocional
‘La caja de música’ es un espectáculo emocional psicodramático que hace reír y reflexionar a los espectadores. “El que espera desespera” o “Si no has visto las nubes, no has visto el mundo”, son dos de las numerosas perlas mentales que apuntalan de principio a fin todo el desarrollo de esta historia literaria didáctica para niños y jóvenes, que habla sobre los miedos y temores iniciales al emprendimiento de cualquier aventura personal, y que insiste sobre la libertad y la importancia del amor y la amistad. En su representación participan Jesús Montano, Lorena Alemán, Raúl Calderín, Antonio Rodríguez, Laura Moreno, Raquel Fernández, Giancarlo Crisci, Sarah Maier, Águeda Ruano, Javier Alvarado, Lionel Sánchez, Esther Munuera, Carlos Fernández e Isabel Ortega. Los decorados son de la Fundación Canaria de las Artes y de la Escuela Municipal de Teatro, que también interviene en la selección del vestuario junto a Miguel Navarro y al Ballet Maspalomas. La representación también cuenta con la colaboración de las bailarinas Melani Suárez, Noemí Guerra, Marta Batista, Iris Guerra, Carla Ojeda, Alba Martín y Katrine Pedersen, pertenecientes al Ballet Carmen Cabrera.
La obra refleja una especie de viaje interior, con una trama de ritmo trepidante y la presencia de numerosos elementos oníricos y simbólicos, que realiza la protagonista, una muñeca bailarina que se lanza a descubrir el mundo externo a la caja de música donde vive encerrada. Lo hace después de que otro protagonista, su alter ego, le descubra que la salida (cualquier salida) está dentro de su cabeza. En ese exterior psicológico, como en la sociedad actual, la joven encuentra obstáculos y trampas, pero también aliados que le ayudan a superarlos. Su aventura, no exenta de riesgos, supone una continua búsqueda y aprendizaje.